Dieta macrobiótica para perder peso: ¿Funciona?

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La dieta macrobiótica puede ayudarnos a perder peso de forma natural y cambiar nuestros hábitos. La obesidad se ha convertido en un problema serio a nivel mundial, ya sea por el estilo de vida sedentario al que nos vemos sometidos o por la alimentación deficiente y poco saludable, el aumento de peso es un asunto que trasciende el aspecto estético para convertirse en un problema de salud. Para alcanzar el peso ideal, muchas personas se someten a dietas relámpagos que prometen resultados milagrosos pero que no atacan directamente la raíz del problema: los malos hábitos de alimentación; por lo que el efecto rebote es típico de este tipo de regímenes. Adelgazar no es una tarea fácil ni existen curas milagrosas para lograrlo, se trata de asumir el compromiso de cambiar el estilo de vida por uno más sano y consciente. Desde esta perspectiva, una dieta macrobiótica para perder peso puede ser la respuesta a tus requerimientos.

¿Qué es la dieta macrobiótica?

frutas adelgazantes

La dieta macrobiótica es más que un plan de alimentación hipocalórico, pues trasciende a tu actitud y estilo de vida. El principio de esta dieta es la creencia de que la comida que consumes afecta tu salud, bienestar y felicidad; por lo que es necesario equilibrar los alimentos. Para facilitar este proceso, se clasifican los alimentos en ying (pasivos) y yang (activos). Ejemplo de alimentos ying son el pescado, los mariscos, frutas, azúcar, miel y ajo; mientras que algunos alimentos yang son las carnes roas, los huevos, el cerdo y el caviar. Algunos alimentos como los cereales, hortalizas y verduras son los que disponen de un mejor equilibrio ying y yang. La forma de distinguirlos es sencilla: los alimentos ying son dulces y fríos, mientras que los yang son calientes, salados y fuertes.

Según los seguidores de la dieta macrobiótica, es posible combatir cualquier enfermedad (incluso el cáncer) y adelgazar si se aprende a escuchar el cuerpo, es decir, comer sólo cuando se sienta hambre y únicamente comidas naturales y poco procesadas. La dieta macrobiótica recomienda alimentos integrales que son bajos en grasas saturadas y altos en nutrientes, lo que resulta muy positivo pues éstos alimentos no están presentes en la dieta occidental moderna. Los granos integrales constituyen una parte fundamental de este tipo de dieta, así como también los vegetales y granos. Lejos de cualquier creencia, la dieta macrobiótica no es una dieta vegetariana, aunque se modera el consumo de carnes, lácteos y proteínas animales.

Perder peso con una dieta de este tipo

dieta menopausia

Una dieta macrobiótica es ideal para transformar los malos hábitos de alimentación a largo plazo, pues su filosofía está orientada a que la persona cobre consciencia de la importancia de la nutrición, respetando su cuerpo al brindarle los nutrientes necesarios contenidos en los alimentos de mejor calidad. En este tipo de alimentación se prefieren métodos de cocción al vapor o a la plancha, por lo que se reduce considerablemente la cantidad de grasa ingerida, dándole prioridad a alimentos saludables como frutas y verduras. Un plan de alimentación macrobiótico diario para adelgazar puede componerse de la siguiente forma:

50-60% de cereales.
20-25% de vegetales.
5-10% de legumbres.
5% de sopas

Como puedes ver, es más o menos estricto con el consumo de proteína de origen animal y si bien es cierto que esto puede traducirse en problemas relacionados con la anemia y deficiencias proteicas, es posible equilibrarla con el consumo de una porción diaria de carnes blancas magras cocidas a la parrilla o al vapor o algún lácteo. Sin embargo, si consumes la cantidad adecuada de granos y vegetales de hojas verdes puedes asegurar la cantidad de proteínas y calcio necesarios. Las dietas macrobióticas estrictas suelen eliminar casi por completo las carnes, pero no es necesario llegar al extremo para aprovechar todas las bondades de este estilo de alimentación.

vegetales perder peso

En una dieta macrobiótica no conseguirás limitaciones inamovibles en cuanto a las comidas como en otros planes de alimentación que suelen indicar un menú invariable, siempre y cuando respetes las reglas básicas: pocas grasas saturadas, granos integrales y todas las frutas y vegetales que puedas consumir, evitar el alcohol y las bebidas estimulantes. Así mismo, es importante cobrar consciencia de los hábitos alimenticios, aprender a ‘escuchar el cuerpo’ y saber determinar cuales son los motivos que te llevan a comer en exceso, cuáles son los alimentos ‘tóxicos’ que ingieres y evitarlos, además de conectarte con la naturaleza consumiendo los alimentos propios de cada temporada o estación. Una dieta macrobiótica puede ser tu aliada para ayudarte a cambiar tu percepción de los alimentos, después de todo, somos lo que comemos.